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miércoles, 4 de abril de 2012

LA COMUNICACIÓN CON LOS FAMILIARES

TÉCNICAS PARA MEJORAR LA COMUNICACIÓN ENTRE LOS FAMILIARES DE LAS PERSONAS CON ALZHEIMER Y LOS PROFESIONALES.

 1. º Utilizar el lenguaje verbal y no verbal para demostrar que estamos escuchando:
 Es importante hacer ver a la persona que está hablando que le estás entendiendo y escuchando; por lo tanto, tienes que cuidar lo que dices (palabras, frases) y lo que haces (movimientos, miradas, tono de voz), porque así también estamos comunicando. Un truco muy útil es el parafraseo, repetir de vez en cuando algunas de las frases que ha emitido; de esta manera demuestras que lo hemos entendido y escuchado, es decir, que estamos atentos a lo que dice.

2. º Mostrar empatía:
La empatía consiste en ponerse en el lugar del otro; esto implica máxima comprensión. Cuando se consigue, permite al familiar encontrarse mejor, pues se siente comprendido y escuchado. Para lograr empatizar hay que ser como una especie de espejo de la otra persona, sintiendo y lanzando frases que hagan que el familiar perciba que entendemos la situación por la que está pasando. También es importante aceptar la opinión del familiar, aun cuando sea distinta de la nuestra. La empatía tiene como objeto recoger las emociones de la otra persona, recoger las opiniones, objeciones o quejas del otro.

 3. º Reforzar al familiar ante comentarios o actitudes que supongan un cambio positivo:
Se pueden utilizar palabras de felicitación, admiración, reconocimiento cuando notemos algún pequeño cambio de pensamiento o hecho positivo en lo que respecta a su autocuidado.

4. º Aceptar críticas:
Hay una tendencia en el ser humano a relacionar las críticas con daños personales, reaccionando ante ellas sin comprender, sin pararnos a pensar por qué nos critican, transmitiendo malestar, desagrado o poniéndonos a la defensiva. Si el familiar del enfermo que cuidamos nos hace alguna crítica con respecto al cuidado o trato al enfermo, lo primero que tenemos que hacer es escucharle sin interrumpir, mientras evaluamos si lleva razón o no. Si después de escuchar la crítica consideramos que nuestro interlocutor (familiar) no tiene razón, intentaremos hacerle ver que está equivocado y que cambie de opinión. Hay que tener en cuenta que los familiares o cuidadores son los que más conocen al enfermo y eso es lo que hay que hacerles sentir.

 5. º Evitar hacer críticas al familiar, cambiarlas por sugerencias:
Por nuestra parte, como personas a cargo del cuidado y atención del enfermo, debemos evitar en lo posible hacer críticas al familiar. Tendremos en cuenta que son personas afectadas emocionalmente, por lo que su sensibilidad es mayor. Hay familiares que piden consejo o asesoramiento sobre asuntos relacionados con el cuidado de su enfermo y otros que no lo piden; esto dependerá de si han aceptado o no la enfermedad. Es importante tener en cuenta esto antes de hacer comentarios o tratar temas que puedan afectarles.

 6. º Elegir el lugar y el momento adecuados:
Esto se hace con la intención de crear un buen clima. Hay que elegir el momento adecuado y la hora del día en el que el familiar tenga tiempo suficiente para escucharnos y llegar a un entendimiento. Si queremos tratar temas relacionados con el enfermo, evitaremos que éste se encuentre presente. No hay que olvidar que, aunque estén en fase moderada, tienen una sensibilidad especial.

 7. º No interrumpir, esperar:
 En ocasiones no tenemos la suficiente paciencia para esperar a que el otro termine de hablar, e interrumpimos constantemente. Saber esperar muchas veces es el mejor remedio, porque al dejarle hablar estamos permitiendo que se desahogue.

 8. º Escucha activa:
 No solamente es de gran importancia estar atento, sino también controlar el tono de voz (volumen suave) y la postura corporal. Con respecto a las posturas, por ejemplo, tener los brazos cruzados es signo de cansancio o que estás cerrado a la escucha o a llegar a un entendimiento. También son gestos no recomendables tocarnos mucho la cabeza, hacer movimientos con ambos pies o alguno de ellos, etc.

 9. º Saber escuchar o tener la habilidad de escuchar:
 Cuando empezamos a trabajar cuidando a un enfermo, no le conocemos de nada, y, aunque somos profesionales y estamos correctamente formados para realizar nuestro trabajo, esto no servirá de mucho si no existe una buena información y comunicación con el familiar. Recabar toda la información que el familiar nos proporcione del enfermo que vamos a cuidar es fundamental para iniciar una buena comunicación con el paciente. Recordemos que la información relevante es un recurso absolutamente necesario para abordar adecuadamente el trato y cuidado del enfermo, sobre todo si éste tiene grandes dificultades para hablar. Algunas recomendaciones: ¨ Adaptar las pautas a cada familia y sus circunstancias. ¨ Si vemos que el familiar carece de información o no sabe cómo tratar a su enfermo, o siente soledad, podéis sugerirle que acuda a una de las muchas asociaciones de familiares que existen. ¨ Mantener la confidencialidad de la situación familiar (si cuidamos al enfermo en su domicilio). ¨ Hay casos en que el enfermo parece que quiere más al auxiliar o gerontólogo que a su cuidador principal. Para evitar frecuentes situaciones de celos, hablar de esto con el familiar y explicarle que suele ocurrir. ¨ Procurar que vuestra presencia contribuya a crear un buen ambiente.

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