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viernes, 23 de marzo de 2012

UN POCO DE TEORÍA: LA ENFERMEDAD DEL ALZHEIMER


Demencia de mayor prevalencia en la actualidad, es una enfermedad degenerativa e incurable a nivel cortical, que viene acompañada de alteraciones del comportamiento, como la apatía o la agitación. Los trastornos de conducta y los síntomas neuropsiquiátricos son más comunes en la variante frontotemporal
de la enfermedad, aunque son de alta prevalencia en el resto de variantes tipo EA. Los pacientes que se encuentran en fases más graves son más propensos a presentar alteraciones de la conducta, y una vez que emergen estos síntomas
tienden a estar presentes en las subsiguientes fases (Cummings, 2003).
Criterios diagnósticos provisionales de depresión en la enfermedad de Alzheimer.
Se ha de sospechar que el enfermo está deprimido si presenta, cuando menos, tres de los síntomas que se indican a continuación durante dos o tres semanas consecutivas, si esos síntomas significan un cambio en su estado de ánimo respecto a su modo habitual de sentir antes de enfermar y si se aprecia un humor deprimido o una disminución de afectos positivos o placenteros:
  •  Aparición de tristeza, desesperanza, desánimo o miedo.
  • Pérdida de interés en las relaciones familiares o sociales y por los entretenimientos de antes.
  • Tendencia al aislamiento o retirarse del contacto con los demás.
  • Trastorno del apetito.
  • Alteración del sueño.
  • Agitación o lentitud psicomotora.
  • Irritabilidad.
  • Cansancio o pérdida de energía.
  • Sentimientos de que nada vale la pena, pérdida de toda ilusión o culparse a sí mismo exageradamente.
  • Pensamientos repetidos de muerte, ideas, planes o intentos suicidas.

Entre las alteraciones del estado del ánimo más comunes que se ponen de manifiesto en pacientes con enfermedad de alzheimer, se encuentra la apatía y la depresión. El estado de ánimo deprimido en numerosas ocasiones no es reconocido por el propio paciente y puede ser observado con cierta facilidad, independientemente del grado de deterioro. Esta alteración del estado de ánimo provoca un mayor deterioro de las actividades de la vida cotidiana, aunque no  hay evidencia de que influya en la evolución del deterioro cognitivo (Alberca y López-Pousa, 2002).
Por otro lado, la apatía se ve en más del 50 % de los casos, tanto en la fase leve como en la moderada. Los pacientes que están apáticos se caracterizan por manifestar una clara pérdida de interés para las actividades más cotidianas, falta de motivación con dificultad a la hora de plantearse objetivos, descuidan su aspecto personal, tienen muy poca iniciativa y escasas respuestas emocionales; asimismo, rehuyen el contacto con los demás, incluso con sus propios familiares, y todo esto va acompañado, normalmente, con una escasa expresión facial y una voz muy monótona y sin inflexiones (Martínez Lage, 2003).

Características para el diagnóstico de apatía.

  • Pérdida de motivación que no se puede atribuir al deterioro intelectual.
  • Compromiso emocional, somnolencia y disminución de atención.
  • Esta pérdida de motivación, que resulta un hecho nuevo en la vida del enfermo, se puede apreciar tanto en la falta de productividad como en la de esfuerzo, en la disminución del tiempo que dedica a sus entretenimientos favoritos o a actividades de interés. O le faltan iniciativas o se pasa excesivo tiempo en una misma actividad irrelevante.
  • Pide ayuda para hacer lo más mínimo, pues no se fía de su capacidad.
  • Apenas se divierte con algo.
  • Rehuye a los demás.
  • No tiene interés por aprender nuevas cosas, leer la prensa, escuchar la radio o ver la televisión, ir al cine, etc. No se queja ni de su salud ni de sus limitaciones, pero tampoco da valor al tiempo de ocio o diversión. No tiene curiosidad alguna.

 
La agitación, definida como un estado de inquietud no dirigida a un objeto específico, muestra una prevalencia de hasta un 70 %. Hay diferentes tipos de agitación. De acuerdo con la International Psychogeriatric Association, puede haber, entre otras, las siguientes: vestirse o desvestirse sin motivo, estereotipias repetidas, inquietud general, agarrar objetos o personas, interrumpir conversaciones...



Entre los trastornos psicóticos que van a exhibir los enfermos de Alzheimer encontramos los delirios y las alucinaciones, con una presencia en la población enferma en torno al 45 %. Los delirios son creencias falsas que el paciente va a vivir como reales, y entre los más típicos se encuentran las creencias erróneas de
que alguien les está robando y de que están viviendo en una casa que no es la suya; o delirios de infidelidad, etc.
Estos delirios se hacen más frecuentes en fases más avanzadas de la enfermedad.
En cuanto las alucinaciones, los pacientes con Alzheimer
estímulo externo que lleve a la confusión perceptiva.

Ideas delirantes que pueden aparecer en los enfermos con demencia.

     Denominación                                                            Contenido

Otros de los síntomas neuropsiquiátricos que van a aparecer como consecuencia de la EA, son los trastornos de personalidad, tales como: irritabilidad, comportamientos egocéntricos, infantilismo, desinhibición, ansiedad, hostilidad, etc.
Para concluir con la enfermedad de Alzheimer, no podemos olvidar otra tipología de cambios conductuales que, a pesar de no aparecer muy frecuentemente, son de máxima importancia por la gran carga que suponen para los cuidadores principales. A saber: la manía, euforia, reacciones catastróficas, alteraciones en la conducta sexual, trastornos del sueño y alteraciones en la conducta alimentaria.

 

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